Serie Televisiva: LA DIMENSIÓN DESCONOCIDA
Título del episodio: LA ODISEA DEL VUELO 33 (Odysse of Flight 33)
Año: 1961
Temporada 2, Episodio 18
Director: Justus Addis
Intérprete: John Anderson
El vuelo de Jet 33, cuyo destino es Nueva York, comienza a tener algunos problemas. Todo empieza cuando el capitán siente algo extraño, como una aceleración de la velocidad. En efecto, así es, la velocidad cada vez es más alta y la tripulación no puede hacer nada para remediarlo.
Poco a poco los pasajeros se van dando cuenta de que algo extraño sucede.
En un momento dado descienden y ven que, no sólo como ellos creían han traspasado la barrera del sonido, sino también del tiempo. Se dan cuenta cuando comprueban desde la cabina que la isla de Manhattan ahí abajo está, pero sin edificios ni gente. Además, entre los árboles divisan un dinosaurio...
Poco a poco los pasajeros se van dando cuenta de que algo extraño sucede.
En un momento dado descienden y ven que, no sólo como ellos creían han traspasado la barrera del sonido, sino también del tiempo. Se dan cuenta cuando comprueban desde la cabina que la isla de Manhattan ahí abajo está, pero sin edificios ni gente. Además, entre los árboles divisan un dinosaurio...
Original episodio de la mítica serie “La dimensión desconocida”, del año 1961.
Dirigido por Justus Addis (para mí un ilustre desconocido), e interpretado por el gran característico John Anderson, tiene un arranque prometedor y un final nada complaciente, que deja un sabor de boca no malo pero sí intranquilizador.
Por medio de pocos elementos, el buen guión hace que se siga con atención e interés desde el comienzo hasta el final.
Eso sí, el dinosaurio que se ve visto ahora, casi cincuenta años después, resulta irrisorio y entrañable a la vez. Se nota mucho que es un muñequito de goma.
Pero si perdonamos esto, gusta y entretiene.
Dirigido por Justus Addis (para mí un ilustre desconocido), e interpretado por el gran característico John Anderson, tiene un arranque prometedor y un final nada complaciente, que deja un sabor de boca no malo pero sí intranquilizador.
Por medio de pocos elementos, el buen guión hace que se siga con atención e interés desde el comienzo hasta el final.
Eso sí, el dinosaurio que se ve visto ahora, casi cincuenta años después, resulta irrisorio y entrañable a la vez. Se nota mucho que es un muñequito de goma.
Pero si perdonamos esto, gusta y entretiene.
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