Ella le dice que es la primera y, además, ve cómo su maleta está dentro del mostrador y no junto al banco donde se ha sentado a esperar.
La joven, sorprendida, molesta y con un poco de inquietud, se mete al lavabo, donde una mujer le dice si ya está bien, que antes había estado ya allí y la había visto con mal aspecto.
Es entonces cuando presiente que hay alguien suplantándola.
Con un tempo magnífico y con una impresionante Vera Miles, excelente en su interpretación, John Brahm, el director, consigue azorarnos y sentir un hálito de conmoción, en un argumento abiertamente fantástico...o quizás no, gracias a un estupendo guión que hace nos interese el episodio desde el primer hasta el último segundo. Además posee un brillante final, lleno de fuerza, que nos deja literalmente pegados a nuestros sofás.
Eso sí, volver a repetir que estas historias y modos de narrarlas tenían, indudablemente, más fuerza en la época de su estreno que hoy en día. Pero este episodio en concreto, sigue estando muy bien y posee la misma frescura e imaginación que en su día.
Como curiosidad, el co-protagonista es Martin Milner, un simpático actor que tuvo su popularidad en la década de los sesenta y setenta gracias a series televisivas, y que fue, en la vida real, quien convenció a Clint Eastwood (eran muy amigos) para que probara en el mundo de la interpretación. Así pues, debemos darle las gracias por ello.
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