Con un equipo compuesto por un maestro del disfraz, una mujer fatal, un genio de la electrónica, un hombre extraordinariamente fuerte y un ladrón de cajas fuertes, deberá llevar a cabo la misión imposible de robar dos bombas atómicas de un país hostil de América del Sur.
Se trata del episodio piloto de esta extraordinaria serie, que causó furor en las televisiones del mundo entero por su desparpajo y espectacularidad, amén de la gran intriga, suspense, acción, amor y humor que destilaban sus ingeniosos episodios.
Buenos diálogos, excelentes interpretaciones, y sabias direcciones, hacían de esta serie, un manjar exquisito en el paladar del espectador más exigente.
Pasados muchos años, Tom Cruise se acordó de ella para interpretar una franquicia con el mismo título, compuesto hasta ahora por tres filmes.
Las pelis, bueno, pero la serie, inolvidable.
Estuvo en antena en Los Estados Unidos de Norteamérica, desde 1966 hasta 1973.
Al comienzo, en la primera temporada, su protagonista era Steven Hill, pero tras la segunda, se hizo cargo Peter Graves, que es de quien nos acordamos los nostálgicos.
