Y para que ella no lo sepa antes de tiempo, se lo da a Pedro para que lo tenga hasta el día señalado.
Pedro, para que Wilma no lo vea, lo esconde, pero ella, muy astuta, lo encuentra y cree que es un regalo para ella de su amado Pedro.
El lío está servido.
Excelente episodio de Los Picapiedra, exitosísima serie televisiva que estuvo en emisión en Los Estados Unidos desde el año 1960 hasta 1966.
Fue el gran éxito que tuvieron los productores William Hanna y Jospeh Barbera, a resultas del cual pudieron seguir creando añoradas series que tuvieron el respaldo del gran público durante décadas.
En esta ocasión la diversión está servida gracias a un inteligente guión donde queda claro que las mujeres, las esposas de los protagonistas, son mucho más listas que sus maridos. ¡Hombre, en el caso de Pedro y Pablo no es extraño, dado que simpáticos son un rato, pero listos, listos, sobre todo Pedro…! Pero sus mujeres siempre, a base de ternura, mucho amor, pero también sibilinamente, consiguen finalmente cuanto desean, sin que se enteren sus despistados maridos, que creen habérsela dado con queso.
Un agradable episodio que saca la sonrisa permanente al espectador y da fe de lo buena que fue esta serie.
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